martes, 31 de octubre de 2017

EL RETABLO DE ÁNIMAS SANTIAGUEÑO



UNA OBRA PICTÓRICA VALIOSA QUE RECLAMA UNA URGENTE RESTAURACIÓN

Manuel Fernandez Espinosa

En vísperas de la Festividad de Todos los Santos y Fieles Difuntos nos parece oportuno comentar, siquiera someramente, uno de los tesoros artísticos que posee Santiago de la Espada en su templo parroquial. Se trata del Retablo de las Benditas Ánimas del Purgatorio que podemos contemplar en una capilla lateral de la iglesia. El propósito de este artículo es doble: por un lado, quiero ofrecer una aproximación que explique lo que el lienzo contiene, para comprenderlo y apreciar su valor, rico en rarezas que lo distinguen de entre las muestras comunes de la tipología común de estos retablos. Por otro lado, quisiera que se comprendiera el valor (no el precio, sino el valor) que esta obra tiene para el patrimonio artístico de Santiago de la Espada y la provincia, reivindicando así una pronta restauracion que tanto necesita si no queremos perderlo, dado el deterioro que el tiempo ha causado sobre él.

Sabemos que la Hermandad de las Ánimas local tuvo una vitalidad inusitada en otros tiempos, a esta cofradía he dedicado unos apuntes que, próximamente, serán publicados en la revista ZURRIBULLE. El Concilio de Trento ordenó que todas las parroquias erigieran cofradía del Santísimo Sacramento y de Ánimas en beligerante apología de la dogmática católica que Martin Lutero había puesto en litigio. Es así como la devoción a las Benditas Ánimas arraigó por muchos siglos en toda la Cristiandad. Con el tiempo estas cofradías fueron extinguiéndose, pero es rara (o moderna) la iglesia parroquial que no cuenta con un retablo de ánimas. El de Santiago de la Espada une, a su antigüedad (pudiéramos aventurar que se date del siglo XVII-XVIII), la exquisita belleza de sus hechuras y trazos. Se trata a todas luces de un lienzo de considerable tamaño, al óleo, que presenta en su composición algunos elementos poco frecuentes en estos retablos. Vamos a comentarlos escuetamente.

Podemos diferenciar en esta obra pictórica dos partes: la parte superior y la inferior. En la parte superior nos encontramos, como figura central a la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora del Rosario; el empleo de esta advocación mariana para un retablo de ánimas es algo difícil de encontrar, puesto que la advocación de María que se suele asociar a la devoción de las ánimas es por tradición la de Nuestra Señora del Carmen, en virtud de la tradición por la cual la Virgen del Carmen prometió a San Simón Stock el privilegio sabatino (rescatar de las penas del purgatorio a sus devotos que llevaran al cuello el escapulario carmelitano, el sábado inmediatamente posterior al fallecimiento de la persona devota); a la derecha de la Virgen (a nuestra izquierda, según contemplamos) vemos a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores (dominicos) y difusor de la devoción del Santo Rosario, en nuestro cuadro la Virgen parece ofrecerle un rosario.



La Virgen lleva en su brazo izquierdo al Niño Jesús que se dirige a la figura que vemos a la izquierda y que corresponde a San Francisco de Asís. Al igual que la Virgen parece ofrecerle a Santo Domingo el rosario, el Niño Jesús le ofrece a San Francisco una cruz que hemos de entender como símbolo que cifra los estigmas que el santo de Asís recibiría poco antes de subir al cielo: los estigmas son las llagas de las heridas pasionales de la crucifixión (las heridas causadas por la perforación de manos y pies de Cristo al ser clavado en el madero) Algunos santos los han ostentado como señal visible de unión con Cristo y sin que se pueda dar una explicación científica, como ocurrió en el caso de la mística agustina alemana Ana Catalina Emmerich (siglo XIX: Napoleón Bonaparte ordenó a sus médicos estudiar el caso, hasta que se vio forzado a no mandar más médicos a observar a la estigmatizada, debido a las conversiones que el fenómeno inexplicable producía en aquellos hombres de ciencia, descreídos hasta encontrarse con aquel misterio) ó también mostró estos estigmas el capuchino italiano (ya en el siglo XX) San Pío de Pietrelcina.

En la parte inferior del lienzo que ocupa más de la mitad del mismo hallamos a las ánimas que se purifican envueltas en las llamas del purgatorio. Según la tradición así han sido representadas iconográficamente las penas del purgatorio, con la salvedad de que estas penas son "temporales" (transitorias), a diferencia de las del infierno que son eternas (Abandonad toda esperanza los que aquí entráis -escribió Dante como lema de las puertas del infierno.)

Hay que decir que en nuestro retablo las almas purgantes llevan al cuello el escapulario del Carmelo ó bien la cadena del santo rosario, a excepción de una de esas almas que es atendida por uno de los pocos ángeles que aparecen en el cuadro. Este ángel parece estar poniendo al alcance de la mano de un ánima el cordón del cíngulo franciscano que, además de constituir parte del hábito frailengo, cuenta con una larga tradición piadosa que lo hace objeto venerable.






jueves, 26 de octubre de 2017

VISITA DEL DELEGADO TERRITORIAL DE MEDIO AMBIENTE




 JUAN EUGENIO ORTEGA ANIMA A NUESTROS ALUMNOS A PREPARARSE PARA UN FUTURO LABORAL A FAVOR DE LA NATURALEZA

Manuel Fernández Espinosa

En el día de hoy, jueves 27 de octubre, ha visitado nuestro I.E.S. "Villa de Santiago" Juan Eugenio Ortega Rodríguez, Delegado Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Juan Eugenio Ortega (nacido en Torredonjimeno) tiene en su haber una dilatada trayectoria profesional, habiéndose desempeñado durante muchos años como profesor técnico de Formación Profesional (primero en Huelva, y luego en muchas otras localidades de la provincia de Jaén) también ha sido director del Instituto de Enseñanza Secundaria "Acebuche" de Torredonjimeno, por lo que se trata de un político que cuenta con una intensa experiencia docente.

El delegado territorial ha visitado nuestro I.E.S. para conocer de primera mano el trabajo que se desarrolla en nuestros Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior de Trabajos Forestales y Conservación del Medio. Primeramente, nuestro director Juan Pedro Robles Fernández presentó al delegado en el aula del grupo de alumnos de Grado Superior. Juan Eugenio Ortega tomó la palabra y dirigió una charla en la que ha animado a los alumnos a aprovechar la ocasión que se les brinda de estudiar y prepararse en nuestro centro, subrayando que los estudios que cursan tienen un prometedor futuro laboral, dado que el campo en que se capacitan goza en nuestra provincia de un amplio abanico de posibilidades laborales. Recordó que nuestra provincia cuenta con cuatro parques naturales: el de Segura, Cazorla y Las Villas, el de Sierra Mágina, el de Despeñaperros y el de Sierra Morena que necesitan mucho personal cualificado para conservarlos. La administración está comprometida con el Medio Ambiente y eso ofrece a los alumnos de hoy vías abiertas al empleo, si se aprovecha el tiempo y se tiene iniciativa.

En su charla también expresó el compromiso de la Delegación Territorial y de la Junta de Andalucía en la preservación de nuestro rico patrimonio natural, a la vez que señaló que una de las prioridades es revitalizar el mundo rural y serrano, de ahí que el Ciclo Superior haya venido este año a nuestro I.E.S. en Santiago de la Espada. El delegado tosiriano dijo: "Alguna gente dice que Santiago de la Espada está lejos, pero eso no es así: Santiago de la Espada está donde tiene que estar, los que estamos lejos somos los que no vivimos aquí, pero aquí es donde hay que venir para conocer de primera mano la flora y fauna de nuestra tierra". La apuesta de la administración a favor de nuestra localidad, dotando a nuestro I.E.S. del Ciclo Superior, es la mejor muestra de ello.

También adelantó algunas de las iniciativas que la administración propone para reforzar el aprendizaje a través de experiencias diversas, desde visitas a los centros de cría de especies en peligro de extinción, como el lince o el quebrantahuesos, hasta la contribución en tareas de reforestación o jornadas específicas que amplíen el currículo del alumnado. Juan Eugenio Ortega también quiso aprovechar la ocasión para concienciarnos a todos en la preservación del medio ambiente, remarcando que: "Lo que hemos recibido de nuestros padres y abuelos, tenemos que conservarlo y, si podemos, mejorarlo; para que las generaciones futuras puedan disfrutarlo."

Después de su charla, el delegado visitó los talleres al aire libre en que los alumnos trabajaban sobre sus mesas, en ese momento desmontaban sierras mecánicas. Se interesó por las labores que realizaban y alabó el buen ambiente de trabajo que pudo comprobar. Intercambió impresiones con los alumnos, con los profesores y, por último, volvió a animar a toda la comunidad educativa para que sigamos en el empeño de formarnos todos tanto profesional como humanamente. 


REPORTAJE GRÁFICO:

Presentación de Juan Eugenio, a cargo del director Juan Pedro Robles Fernández

 
Un momento de la charla en el aula
En el taller, con los alumnos y profesores

jueves, 19 de octubre de 2017

SANTIAGO-PONTONES: ALGO MÁS QUE NEVAZOS

El cartero rural Antonio Aniceto Vizcaíno Fernández, héroe de la Nevada de 1945

ALGO SOBRE EL MITO MEDIÁTICO DE LAS NEVADAS E INCOMUNICACIÓN

Manuel Fernández Espinosa

Fueron pocas palabras, pero "a buen entendendor...". Las crucé con mi amigo Juan Carlos Nova Tristante, santiagueño de pura cepa, en una grata velada el martes pasado, por lo que este posteo está en deuda con mi contertulio que lo ha inspirado.

A Santiago de la Espada le precede la fama de los nevazos antañones que dejaban incomunicada la localidad. La precariedad de las comunicaciones terrestres (todavía es asignatura pendiente en algunas vías, pensemos en la que debiera comunicarnos por carretera con la provincia de Granada), esos deficitarios accesos viales unidos a la fama de las nieves que cerraban los puertos, manteniendo al pueblo incomunicado durante largos espacios de tiempo, han adquirido proporciones míticas que todavía -en el siglo XXI- hacen que las nieves que caen en las alturas de Santiago-Pontones acaparen la atención de la televisión autonómica y nacional. En todo ello hay lo más parecido a un mito. Y al estudio aproximativo (aunque no sea exhaustivo) de este mito he querido dedicar este post. ¿Cuál es el origen de esa fama de inaccesible que tiene Santiago de la Espada?

Si las nevadas espectaculares son de siempre, la repercusión que tenían más allá de los límites donde sucedían era mínima, hasta que aparecieron los medios de comunicación de masas. Fue entonces -y, especialmente, con los audivisuales- cuando la difusión de los "nevazos" de Santiago-Pontones se magnificó tanto y tanto que hasta cuajó un "mito mediático". El primero de los reportajes que amplificaron las nieves de Santiago-Pontones es el correspondiente a la nevada de febrero del año 1951. En esos años, el noticiero oficioso del régimen franquista (que se proyectaba en todos los cines españoles desde el año 1942 a 1976) cubrió la nevada grabando indeleblemente en la memoria colectiva de nuestros mayores las imágenes de hileras de hombres, pala en mano, apartando la nieve de los carriles. Pero, con anterioridad a la Nevada de 1951, otros medios de prensa provinciales con efectos nacionales se habían ocupado de publicitar las labores de socorro y salvamento que fueron necesarias adoptar con motivo de las nevadas de Enero de 1945. 

En una somera revisión a la hemeroteca provincial, encontramos que la revista PAISAJE (Crónica mensual de la provincia de Jaén), dirigida por D. Luis González López, dedica varias notas sobre las medidas adoptadas por el Gobenador Civil y Jefe Provincial del Movimiento Nacional en aquella fecha, D. Juan Alonso-Villalobos Solórzano  (este gobernador era natural de Villanueva de la Serena, Badajoz, y ocupó el Gobierno Civil de Jaén desde 1943 a 1947 falleciendo el año 1974): 

"El vecindario de Santiago de la Espada había quedado totalmente incomunicado y sin rutas de acceso al poblado a causa de las intensas nevadas de enero. Angustiosas llamadas al Gobierno Civil reclamaban asistencia y socorro, víveres y medicamentos" -podemos leer en PAISAJE, enero 1945. En febrero será cuando irrumpa en la misma revista provincial la figura del humilde cartero que recorría a pie el trecho de Pontones a Santiago de la Espada, D. Antonio Aniceto Vizcaíno Fernández, agente rural de Correos que en la comisión de su servicio, durante el tiempo que duró la incomunicación producida por la nevada, desafiando las inclemencias del tiempo y las fragosidades del terreno, no sólo llevó cartas a Santiago, sino que portó socorros de primera necesidad hasta que se pudieron acometer mayores trabajos de asistencia a la localidad.

Una fotografía de Antonio Aniceto Vizcaíno Fernández aparece en el número de febrero de 1945, notificándose las felicitaciones con las que lo distinguieron la Dirección General de Correos y el mismo Gobernador Civil. Cuando lo fotografían Antonio Aniceto es un venerable anciano que viste el típico blusón, rostro curtido y antiguo. La Dirección General de Correos y Telecomunicación le recompensó por su servicio y, cuando el Gobernador Alonso-Villalobos le preguntó si necesitaba algo que el Gobierno Civil pudiera ofrecerle, el humilde y heroico cartero rural solo pidió un par de botas que le fue concedido. Pasaron los meses y en mayo de 1945, PAISAJES vuelve sobre la noticia de la nevada de 1945, comentando que la Revista Técnica y Profesional de Correos había reproducido la misma noticia de la crónica mensual de Jaén, ahora con difusión nacional. La revista de la Dirección General de Correos también recompensó a Antonio Aniceto por sus servicios durante el nevazo.

Se puede aventurar que estas noticias en prensa (primero provincial y después nacional) fueron los antecedentes del nevazo que, años después (en 1951), sería reportado cinematográficamente y difundido en todos los cines de España. Si las nieves habían sido compañeras inmemoriales, los medios de comunicación de masas venían a asociar a Santiago de la Espada con ellas casi indisolublemente: se creaba así el mito de Santiago de la Espada, Los Nevazos y la Incomunicación. Por un lado, no podemos soslayar que en la sociedad de la "comunicación de masas" salir unos minutos en un medio tan generalmente seguido (como puede ser una televisión) siempre son "minutos de gloria", pero también es cierto que, cuando se focaliza todo sobre un  mismo tema se está fomentando una visión unidimensional de la realidad y, en nuestro caso, Santiago-Pontones parece haberse asociado a las "nieves eternas" y la consecuente incomunicación terrestre, dándole una injusta fama de pueblo de destierro, él mismo pudiéramos decir que desterrado de toda escena que no sean postales navideñas.

Además de nieves, cuando caen, Santiago-Pontones tiene muchas otras cosas buenas que merecerían ser conocidas y amplificadas por los medios de comunicación: actividades culturales como teatro (Grupo de Teatro Artemix), una revista impresa cada vez más potente (Zurribulle), un escritor como Andrés Ortiz Tafur que se ha venido a vivir a estos parajes y podríamos seguir; también este año se ha puesto en marcha la primera edición de la Feria de la Trashumancia Santiago-Pontones y no menos nombradía se merecen las actividades deportivas que, como el TRAIL WEEKEND recientemente celebrado, hacen que nuestra localidad se revivifique... Muchas otras actividades deportivas se quieren poner en marcha (de ellas daremos cumplida cuenta cuando convenga): en definitiva, está bien que las televisiones nos vengan a visitar cuando nos nieve, pero que no olviden los canales televisivos que aquí pasan otras cosas, amén de nevar cuando toca.

viernes, 13 de octubre de 2017

EL MARISCAL DE LEÓN EN SANTIAGO DE LA ESPADA



APUNTES PARA UN ESBOZO BIOGRÁFICO DE QUIEN RENOMBRÓ EL HORNILLO COMO PUEBLA DE SANTIAGO


Manuel Fernández Espinosa

En 1575, las "Relaciones de Pueblos de España" que mandó hacer Felipe II apuntan la visita e intervención de Cristóbal López de Aguilera (Mariscal de León y Gobernador del Partido) en la mudanza del topónimo original de la población que, si en su origen se nombraba "El Hornillo", sería vuelto a nombrar por el Mariscal de León ya como Puebla de Santiago. El 30 de noviembre de 1691 a la Puebla de Santiago le sería concedido el título de villa y, posteriormente, se oficializaría el nombre actual de Santiago de la Espada, adquiriéndolo entre los años 1770 y 1776. No obstante, sería deseable saber un poco más sobre la personalidad histórica de Cristóbal López de Aguilera.

Cristóbal López de Aguilera no sólo se limitó a mudar el nombre de El Hornillo a Puebla de Santiago, sino que "dicho mariscal hizo que se fundase la iglesia de dicho Santiago, y así se fundó una ermita, donde agora está hecha yglesia y se dixese la iglesia Santiago". 

MARISCAL DE LEÓN Y GOBERNADOR DEL PARTIDO

Lo primero que puede llamarnos la atención es el título que ostenta, "Mariscal de León".  ¿Qué era un "Mariscal" en aquel tiempo?

"El oficio de mariscal, como sabéis, es oficio de aposentador mayor en los reales ejércitos quando el rey sale en campo" - nos dice Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557) en su obra "Batallas y Quinquagenas". Era un oficio importado, siendo el rey D. Juan I el que lo introdujo allá por el año 1382. A partir de Juan I el título de Mariscal recaía sobre caballeros nobles, apareciendo el título de Mariscal de León, lo mismo que lo había de Castilla o Andalucía, según se requiriese atender un frente, bien en las guerras contra Portugal o bien contra el islam. El Mariscal estaba estrechamente ligado al servicio de los Condestables, pero una vez terminada la Reconquista, el título de Mariscal pasó a ser una dignidad que comportaba el gobierno de la caballería e infantería, ejerciendo incluso en causas civiles y criminales, tasaban los bastimentos de la tropa, ordenaban los alojamientos y, para desplegar las actividades a ellos encomendadas, disponían los Mariscales de un equipo de Auditores, Alguaciles y Furrieles.

Don Cristóbal López de Aguilera era Mariscal de León, pero el título no lo vinculaba a la ciudad de León en modo alguno como pareciera a simple vista. Todo indica que tuvo su residencia en Sevilla, donde lo vemos figurar como "comendador" y vecino en la hispalense collación de Santa Catalina. No obstante, en su servicio al Rey y a la Orden de Santiago lo vemos actuar en la actual provincia de Albacete e incluso lo vemos también intervenir en el norte de África, realizando algunas comisiones diplomáticas. Gobernador del Partido era también nuestro D. Cristóbal López de Aguilera y se entiende que Gobernador del Partido de la Sierra de Segura, de la Orden de Santiago.

LINAJE AGUILERA

Cristóbal López de Aguilera pertenecía a una familia muy antigua que, en los armoriales, incluso remonta su origen al legendario caballero alemán Fredericus que, según algunas fuentes, vendría a España allá por el año 718 para combatir a los mahometanos; según se decía, este caballero traía por divisa un águila y por ello fue conocido entre los hombres de Don Pelayo con el mote de Caballero del Águila, posteriormente sus descendientes serían apellidados "Aguilera". El linaje Aguilera parece tener su casa solariega en las montañas de Trasmiera (hoy Cantabria), pasando una de sus ramas a Valtueña (Soria) y otra a Cetina (Aragón), otros Aguileras se asentaron en Salamanca y, con la Reconquista, los vemos pasar a Murcia y Andalucía. En Andalucía, encontramos Aguileras que fueron comendadores de la Orden Templaria en Andújar y los de Sevilla -a los que pertenecía D. Cristóbal López de Aguilera- podrían ser muy probablemente de la misma familia Aguilera que se asentó en Porcuna y Torredonjimeno con Fernando III el Santo.

RELACIONES DEL MARISCAL DE LEÓN CON PERSONALIDADES DE LA CULTURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVI


Uno de los poetas que formaron parte de la pléyade poética del Siglo de Oro fue Baltasar de Alcázar (Sevilla, 1530 - Ronda, 1606); Baltasar de Alcázar fue soldado en las galeras de Álvaro de Bazán, sirviendo a su vez en la guarnición del castillo de Jaén, donde compuso el poema más conocido de su producción: "La cena jocosa" (puede leerse abajo). Se casó Baltasar con una de sus primas hermanas que, a la sazón, era una de las hijas del Mariscal de León, Doña María de Aguilera. Según su biógrafo, el pintor y tratadista Francisco Pacheco (Sanlúcar de Barrameda, 1564 - Sevilla, 1644), además de militar y poeta, también tuvo Baltasar "sabrosa afición a la curiosidad de secretos naturales de metales, piedras, yerbas y cosas semejantes, en que alcanzó gran conocimiento. Tuvo no mediana noticia de la Geografía y Astrología". Resulta así que nuestro Mariscal de León era tío y, a la vez, suegro del poeta Baltasar de Alcázar.

El Mariscal de León también mantuvo una relación de mecenas con el arquitecto Andrés de Vandelvira (1505-1575) al que incorporó en las obras del Monasterio de San Francisco de Alcaraz (ciudad natal del arquitecto renacentista.) Como vemos, el interés del Mariscal de León por patrocinar obras también tendría su efecto en Santiago de la Espada, pues aquí también fue el Mariscal de León el que impulsó la construcción de nuestra parroquia como se lleva dicho arriba. Y, dadas las relaciones de patrón y arquitecto, ¿podría haber pasado Vandelvira por Santiago de la Espada? Sería digno de abrirse esa línea de investigación.


CENA JOCOSA de Baltasar de Alcázar (sobrino y yerno del Mariscal de León)

En Jaén, donde resido,
vive don Lope de Sosa,
y diréte, Inés, la cosa,
más brava de él que has oído.

Tenía este caballero
un criado portugués…
Pero cenemos, Inés,
si te parece, primero.
La mesa tenemos puesta,
lo que se ha de cenar junto,
las tazas del vino a punto:
falta comenzar la fiesta.
Comience el vinillo nuevo
y échole la bendición;
yo tengo por devoción
de santiguar lo que bebo,
Franco, fue, Inés, este toque,
pero arrójame la bota;
vale un florín cada gota
de aqueste vinillo aloque.
¿De qué taberna se traxo?
Mas ya…, de la del Castillo
diez y seis vale el cuartillo
no tiene vino más baxo,
Por nuestro Señor, que es mina
la taberna de Alcocer;
grande consuelo es tener
la taberna por vecina.
Si es o no invención moderna,
vive Dios que no lo sé,
pero delicada fue
la invención de la taberna.
Porque allí llego sediento,
pido vino de lo nuevo,
mídenlo, dánmelo, bebo,
págolo y voyme contento.
Esto, Inés, ello se alaba,
no es menester alaballo,-
Solo una falta le hallo:
que con la priesa se acaba.
La ensalada y salpicón
hizo fin: ¿qué viene ahora?
la morcilla, ¡oh gran señora,
digna de veneración!
¡Qué oronda viene y qué bella!
Qué través y enjundia tiene!
paréceme, Inés, que viene
para que demos en ella.
Pues, sus, encójase y entre
que es algo estrecho el camino,
no eches agua, Inés, al vino
no se escandalice el vientre,
Echa de lo trasañejo,
porque con más gusto comas,
Dios te guarde, que así tomas,
como sabia mi consejo.
Mas di, ¿no adoras y aprecias
la morcilla ilustre y rica?
¡Cómo la traidora pica;
tal debe tener especias!
¡Qué llena está de piñones!
morcilla de cortesanos,
asada por esas manos
hechas a cebar lechones.
El corazón me revienta
de placer; no sé de ti.
¿Cómo te va? Yo, por mí,
sospecho que estás contenta.
Alegre estoy, vive Dios;
mas oye un punto sutil.
¿no pusiste allí un candil?
¿Cómo me parecen dos?
Pero son preguntas viles;
ya sé lo qué puede ser:
con este negro beber
se acrecientan los candiles.
Probemos lo del pichel,
alto licor celestial;
no es el aloquíllo tal,
ni tiene que ver con él.
¡Qué suavidad! ¡Qué clareza!
¡Qué rancio gusto y olor!
¡Qué paladar! ¡Qué color!
¡Todo con tanta fineza!
Mas el queso sale a plaza
la moradilla va entrando,
y ambos vienen preguntando
por el pichel y la taza.
Prueba el queso, que es extremo
el de Pinto no le iguala;
pues la aceituna no es mala
bien puede bogar su remo.
Haz, pues, Inés, lo que sueles,
daca de la bota llena
seis tragos; hecha es la cena,
levántense los manteles,
Ya que, Inés, hemos cenado
tan bien y con tanto gusto,
parece que será justo
volver al cuento pasado.
Pues sabrás, Inés hermana,
que el Portugués cayó enfermo…
Las once dan, yo me duermo,
quédese para mañana.

jueves, 5 de octubre de 2017

LOS "OJOS DE BUEY" DE SANTIAGO DE LA ESPADA


Ojo de buey, en la primera planta de una casa de Santiago de la Espada

PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO LOCAL A ESTUDIAR, CONSERVAR Y PERPETUAR

Manuel Fernández Espinosa

El "ojo de buey" es un elemento arquitectónico que podemos encontrar en muchas fachadas de Santiago de la Espada. Tal vez por la razón de ser tan frecuente pase desapercibido a quienes están acostumbrados a verlo, mientras llama la atención de alguien que vive en localidades en las que no es un elemento que abunde tanto.

Esta típica ventana podemos encontrárnosla en su forma circular o bien en su versión ovalada, pudiéndola ver en muchas de las fachadas de Santiago de la Espada. Si la encontramos en los pisos superiores de la fachada podríamos llamarlas "claraboyas" con toda propiedad, pero también se da el caso de poder encontrárnosla en el primer piso de la vivienda, por lo que podríamos hablar mejor de "ojo de buey". Aunque su uso se relaciona con las embarcaciones, también se practican estas ventanas en las viviendas terrestres para facilitar la ventilación (si pueden abrirse) de los habitáculos o cajas de escaleras y siempre son aptas vías de iluminación para interiores. Pero en el ámbito serrano los "ojos de buey" son algo más que un elemento meramente decorativo, dado que a la vez que son ornamentales al exterior, cumplen una funcionalidad estructural, cuando sabemos que la forma circular que perfora la pared contribuye a dar resistencia estructural al cuerpo del edificio, sin obturar la iluminación de la vivienda ni disminuir la resistencia de la fachada contra eventuales -y frecuentes- vientos, granizos y nevadas.

El origen del "ojo de buey" es un elemento arquitectónico muy antiguo y se relaciona con cierta habitación en la que los nobles esperaban su audiencia con el rey; por medio de una ventana circular, el jefe de la Cámara Real podía asomarse y saber los que en esa sala aguardaban. En los barcos es un elemento común y, mucho después, se incorporó a la aeronáutica. El empleo de "ojos de buey" tanto en las embarcaciones como en la Sierra de Segura también debiera contar, para ser comprendida su presencia en Santiago de la Espada, con un factor que muy probablemente sea el nexo que relacione lo marinero con lo serrano. Y es que, aunque es una provincia de interior sin salida al mar, la riqueza forestal de Sierra de Segura valió para que ésta comarca fuese declarada Provincia Marítima por Fernando VI, el día 31 de enero de 1748. Las antiguas y estrechas relaciones de la Sierra de Segura con la marinería podrían explicar que el "ojo de buey" apareciera en nuestra arquitectura de interior: ¿tal vez importado por hombres que sirvieron en la Armada e incorporaron el elemento náutico a las viviendas terrestres, cuando se retiraron de su vida marinera al interior? -esto es, por supuesto, no más que una conjetura mía.

Claraboya, a un nivel alto del alzado de una casa de Santiago de la Espada

Ojo de buey en una vivienda de Santiago de la Espada


Otro muy curioso empleo de la ventana redonda u ovalada, menos conocido por lo general, es estrictamente usado en interiores de templos, pudiéndolo contemplar en los retablos de no pocas iglesias aragonesas. En esta usanza eclesiástica (y particularmente aragonesa) el "ojo de buey" es llamado propiamente "Óculo Eucarístico" o bien "Óculo Expositor": en el retablo mayor (casi siempre labrado en alabastro) se abre, por lo común a una altura inaccesible, una ventana tras cuyo vidrio trasparente puede verse el Santísimo Sacramento. El primer "Óculo Eucarístico" parece que fue el de la Seo de Zaragoza, cuya edificación se inició en 1434 y fue un privilegio del Papa Benedicto XIII a las catedrales aragonesas.

Desde el punto de vista del patrimonio arquitectónico sería conveniente inventariar los "ojos de buey" que al día de hoy todavía existen en las viviendas de Santiago de la Espada (y, en un segundo momento, tal vez los que puedan existir en Pontones y otras aldeas); y también sería oportuno que, para no perder las señas de identidad, en las nuevas viviendas y edificios que puedan erigirse en el futuro se exija a los arquitectos que cuenten con el "ojo de buey" tan autóctono en el alzado de sus proyectos.

Óculo Eucarístico, sobre un relieve de la Adoración de los Reyes Magos en un retablo aragonés