EL SANTIAGUEÑO AL QUE LA PROVINCIA DE JAÉN LE DEBE TENER SANTIAGO DE LA ESPADA ENTRE SUS PUEBLOS
Manuel Fernández Espinosa
En la misma línea de recuperar y divulgar ni siquiera la semblanza de personalidades históricas de Santiago de la Espada, como ya hicimos con el hornillero Julián Ruiz Marín que fue en el siglo XIX varias veces alcalde de San Roque, hoy quiero presentar a un personaje singular que, no por poco conocido, dejó de tener su influencia en la villa de Santiago. Me refiero a Pedro Fernando Martínez García, referido -incluso en documentación escrita- con el remoquete de "El Diablo" (explicaremos la plausible razón por la que sus detractores le pusieron ese tremebundo apodo).
Nació en Santiago de la Espada el 5 de noviembre de 1775 y era hijo de Pedro Fernando Martínez, natural de Beas de Segura, y de Josefa García que era oriunda de Siles. El padre de Don Pedro "El Diablo" era, como hemos dicho, de Beas, pero figuraba en el patrón del Catastro del Marqués de la Ensenada (año 1755) como "propietario" de un molino de piedra "en el sitio que dizen Zumetta (sic)", de un batán de una rueda y de dos mazos en el mismo Zumeta, también poseía el mesón y sus rentas se calculaban en 50 fanegas al año (30 de centeno y 20 de trigo), lo cual era un considerable patrimonio en la época que explica que pudiera darle estudios a su hijo Pedro. Aprovecho para advertir que "Zumeta" es un hidrónimo que prueba indirectamente la fuerte presencia vasca en la repoblación posterior a la Reconquista en nuestra comarca, puesto que el vocablo "Zumeta" es euskérico (se forma con "zume" que significa sauce, sarga o mimbre y el sufijo pluralizador "-eta", lo que vendría a significar en castellano "mimbreras", "sargas”o "sauces".)
En el año 1837 se puso al frente de la administración de montes de Segura que en ese año ya eran del Estado, habiendo sido anteriormente de la Marina. La situación en España era bastante inestable, dado que en 1833 había estallado la guerra carlista que, aunque teniendo su escenario bélico en el norte peninsular, no dejó de afectar a nuestras tierras y gentes. Algunas expediciones carlistas llegaron a cruzar la Península de norte a sur y de sur a norte, como la de mi paisano el General D. Miguel Sancho Gómez Damas (Torredonjimeno, 1785 - Burdeos, 1864) y las partidas guerrilleras carlistas, formadas por andaluces y manchegos, vivaqueaban por nuestros montes. El guerrillero manchego "Palillos" y sus carlistas penetraron en la Sierra de Segura el año 1837, asaltaron Orcera y quemaron los archivos de la propiedad; esta acción, aplaudida por gran parte del pueblo, hizo perder al gobierno de la Regente María Cristina una sustancial base de datos que permitió que particulares, más o menos potentados, se dieran a talar los montes en su provecho propio, por eso el hijo de Pedro "El Diablo" pudo escribir que: "Acéfalo el establecimiento de los montes de Segura (...) los Ayuntamientos, los particulares, todos se persuadieron de que la hora de destruir los montes había sonado, y así fue que las talas y cortas de árboles de aquel año y siguientes son asombrosas, sin exageración".
En este estado caótico hizo acto de aparición el que sería llamado Pedro "El Diablo" como administrador de Montes, subordinado al Jefe político y administrativo que era el Gobernador Civil de Jaén, D. Agustín Álvarez de Sotomayor. Según cuenta su hijo, D. Pedro tuvo que contener la depredación de los montes, "sin guardas, sin manos ausiliares (sic), sin nada absolutamente". La situación del aislamiento comarcal de la Sierra de Segura y el desorden nacional favorecía que personajes con cierto poder, así como otros menos poderosos, pudieran talar y apropiarse de terrenos en provecho propio y al margen del control del Estado. En ese entonces todavía no existía el Cuerpo de Ingenieros de Montes que no fue creado, por Real Decreto, hasta marzo del año 1853, por lo que D. Pedro, como administrador de Montes, estaba prácticamente solo ante todos los serranos y sus hachas. Entre todos estos D. Pedro tuvo a dos poderosos enemigos: D. Juan Pedro de Aguilar, vecino de Segura, y D. Francisco de Paula Ruiz, el Cura de Siles, a los que el diligente administrador denunció por cortar y talar abusivamente los bosques en beneficio particular. En un Expediente de 1852, el Comisario de Montes de Jaén -que no parecía ser muy afecto a D. Pedro- es el que, hablando de D. Pedro, nos dice: "que por su carácter osado era conocido por El Diablo". El apodo tan denigratorio le venía, por tanto, de parte de la hostilidad que sentían contra él todos los que se sentían perjudicados por las diligencias que el administrador ponía en su celo profesional, defendiendo los intereses del Estado frente a los particulares.
Se tienen algunos datos de D. Pedro Fernando Martínez "El Diablo" que dan idea de su currículo vital: parece ser que fue condiscípulo de D. Antonio Sandalio de Arias y Costa (Madrid, 1794-Madrid, 1839) y conviene advertir que D. Antonio Sandalio de Arias fue un reconocido botánico y agrónomo, catedrático del Jardín Botánico de Madrid y miembro de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País que era la que en aquel entonces otorgaba las cátedras de Agricultura. Nuestro D. Pedro fue Diputado provincial de Jaén en la primera corporación, también parece que era Catedrático de Agricultura; en 1834 estuvo comisionado para inspeccionar la administración de los montes del Segura, Almadén y Río Tinto. Y, muy importante, fue D. Pedro un prominente miembro de la comisión que llevó a efecto el deslinde del límite oriental de la provincia de Jaén, por lo que podríamos decir que a él se le debe que el extenso término de Santiago de la Espada fuese incluido en nuestra provincia. También fue pionero en el asentamiento y colonización de labriegos sin tierra, fundando la Colonia de Isabel II en el término municipal de Siles.
D. Pedro "El Diablo" fue padre de Juan de la Cruz Martínez Ruiz, autor de "Memorias sobre El Partido Judicial de Segura de la Sierra escritas" del año 1842, entre otras obras.
NOTA:
El presente artículo divulgativo está en deuda con el artículo: "Juan de la Cruz Martínez Ruiz. Ilustre jurídico decimonónico nacido en Siles (Jaén)", escrito por D. Enrique Martínez Ruiz, Doctor Ingeniero de Montes, sin cuyas investigaciones sobre el personaje no hubiera podido ser compuesto. Dicho artículo fue publicado en la Revista ELUCIDARIO. Seminario bio-bibliográfico Manuel Caballero Venzalá, nº 4, año 2007, págs. 93-100).
En la misma línea de recuperar y divulgar ni siquiera la semblanza de personalidades históricas de Santiago de la Espada, como ya hicimos con el hornillero Julián Ruiz Marín que fue en el siglo XIX varias veces alcalde de San Roque, hoy quiero presentar a un personaje singular que, no por poco conocido, dejó de tener su influencia en la villa de Santiago. Me refiero a Pedro Fernando Martínez García, referido -incluso en documentación escrita- con el remoquete de "El Diablo" (explicaremos la plausible razón por la que sus detractores le pusieron ese tremebundo apodo).
Nació en Santiago de la Espada el 5 de noviembre de 1775 y era hijo de Pedro Fernando Martínez, natural de Beas de Segura, y de Josefa García que era oriunda de Siles. El padre de Don Pedro "El Diablo" era, como hemos dicho, de Beas, pero figuraba en el patrón del Catastro del Marqués de la Ensenada (año 1755) como "propietario" de un molino de piedra "en el sitio que dizen Zumetta (sic)", de un batán de una rueda y de dos mazos en el mismo Zumeta, también poseía el mesón y sus rentas se calculaban en 50 fanegas al año (30 de centeno y 20 de trigo), lo cual era un considerable patrimonio en la época que explica que pudiera darle estudios a su hijo Pedro. Aprovecho para advertir que "Zumeta" es un hidrónimo que prueba indirectamente la fuerte presencia vasca en la repoblación posterior a la Reconquista en nuestra comarca, puesto que el vocablo "Zumeta" es euskérico (se forma con "zume" que significa sauce, sarga o mimbre y el sufijo pluralizador "-eta", lo que vendría a significar en castellano "mimbreras", "sargas”o "sauces".)
En el año 1837 se puso al frente de la administración de montes de Segura que en ese año ya eran del Estado, habiendo sido anteriormente de la Marina. La situación en España era bastante inestable, dado que en 1833 había estallado la guerra carlista que, aunque teniendo su escenario bélico en el norte peninsular, no dejó de afectar a nuestras tierras y gentes. Algunas expediciones carlistas llegaron a cruzar la Península de norte a sur y de sur a norte, como la de mi paisano el General D. Miguel Sancho Gómez Damas (Torredonjimeno, 1785 - Burdeos, 1864) y las partidas guerrilleras carlistas, formadas por andaluces y manchegos, vivaqueaban por nuestros montes. El guerrillero manchego "Palillos" y sus carlistas penetraron en la Sierra de Segura el año 1837, asaltaron Orcera y quemaron los archivos de la propiedad; esta acción, aplaudida por gran parte del pueblo, hizo perder al gobierno de la Regente María Cristina una sustancial base de datos que permitió que particulares, más o menos potentados, se dieran a talar los montes en su provecho propio, por eso el hijo de Pedro "El Diablo" pudo escribir que: "Acéfalo el establecimiento de los montes de Segura (...) los Ayuntamientos, los particulares, todos se persuadieron de que la hora de destruir los montes había sonado, y así fue que las talas y cortas de árboles de aquel año y siguientes son asombrosas, sin exageración".
En este estado caótico hizo acto de aparición el que sería llamado Pedro "El Diablo" como administrador de Montes, subordinado al Jefe político y administrativo que era el Gobernador Civil de Jaén, D. Agustín Álvarez de Sotomayor. Según cuenta su hijo, D. Pedro tuvo que contener la depredación de los montes, "sin guardas, sin manos ausiliares (sic), sin nada absolutamente". La situación del aislamiento comarcal de la Sierra de Segura y el desorden nacional favorecía que personajes con cierto poder, así como otros menos poderosos, pudieran talar y apropiarse de terrenos en provecho propio y al margen del control del Estado. En ese entonces todavía no existía el Cuerpo de Ingenieros de Montes que no fue creado, por Real Decreto, hasta marzo del año 1853, por lo que D. Pedro, como administrador de Montes, estaba prácticamente solo ante todos los serranos y sus hachas. Entre todos estos D. Pedro tuvo a dos poderosos enemigos: D. Juan Pedro de Aguilar, vecino de Segura, y D. Francisco de Paula Ruiz, el Cura de Siles, a los que el diligente administrador denunció por cortar y talar abusivamente los bosques en beneficio particular. En un Expediente de 1852, el Comisario de Montes de Jaén -que no parecía ser muy afecto a D. Pedro- es el que, hablando de D. Pedro, nos dice: "que por su carácter osado era conocido por El Diablo". El apodo tan denigratorio le venía, por tanto, de parte de la hostilidad que sentían contra él todos los que se sentían perjudicados por las diligencias que el administrador ponía en su celo profesional, defendiendo los intereses del Estado frente a los particulares.
Se tienen algunos datos de D. Pedro Fernando Martínez "El Diablo" que dan idea de su currículo vital: parece ser que fue condiscípulo de D. Antonio Sandalio de Arias y Costa (Madrid, 1794-Madrid, 1839) y conviene advertir que D. Antonio Sandalio de Arias fue un reconocido botánico y agrónomo, catedrático del Jardín Botánico de Madrid y miembro de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País que era la que en aquel entonces otorgaba las cátedras de Agricultura. Nuestro D. Pedro fue Diputado provincial de Jaén en la primera corporación, también parece que era Catedrático de Agricultura; en 1834 estuvo comisionado para inspeccionar la administración de los montes del Segura, Almadén y Río Tinto. Y, muy importante, fue D. Pedro un prominente miembro de la comisión que llevó a efecto el deslinde del límite oriental de la provincia de Jaén, por lo que podríamos decir que a él se le debe que el extenso término de Santiago de la Espada fuese incluido en nuestra provincia. También fue pionero en el asentamiento y colonización de labriegos sin tierra, fundando la Colonia de Isabel II en el término municipal de Siles.
D. Pedro "El Diablo" fue padre de Juan de la Cruz Martínez Ruiz, autor de "Memorias sobre El Partido Judicial de Segura de la Sierra escritas" del año 1842, entre otras obras.
NOTA:
El presente artículo divulgativo está en deuda con el artículo: "Juan de la Cruz Martínez Ruiz. Ilustre jurídico decimonónico nacido en Siles (Jaén)", escrito por D. Enrique Martínez Ruiz, Doctor Ingeniero de Montes, sin cuyas investigaciones sobre el personaje no hubiera podido ser compuesto. Dicho artículo fue publicado en la Revista ELUCIDARIO. Seminario bio-bibliográfico Manuel Caballero Venzalá, nº 4, año 2007, págs. 93-100).
No hay comentarios:
Publicar un comentario